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martes, junio 5

Crítica musical. Mauro Lamela. 4º


Hoy por hoy, una de las bandas que mejor representan al panorama rock/metal español es Sôber. La mejor banda en el terreno alternativo del país tiene una gran carrera musical, que no pasa desapercibida con los años y que mejora disco tras disco. Se han hecho un hueco en los oídos metaleros y también en los que si inician en el terreno del rock, gracias a sus pegadizas melodías acompañadas de un metal alternativo suave pero directo. Y todo bajo la increíble voz de Carlos Escobedo, que hace penetrar con su voz angelical y a la vez demoníaca los geniales versos característicos de la banda.

El argumento principal para defender a este gran grupo es su potencial en directo, donde la magia auditiva del álbum se convierte en puro espectáculo audiovisual a través de una gran presencia en el escenario y una ejecución perfecta, igual que la conexión con el público. Personalmente debo concretar que Sôber fue de las mejores bandas que he visto en directo, ya que consiguen encabezar un festival donde su nombre aparece en letras pequeñas.

En este álbum, Superbia, la complejidad musical de la banda se hace mayor, buscando así gustar a los más exigentes. Muchos los tachan de comerciales. Cierto que su popularidad aumenta en sus canciones más “rock” y las baladas, pero eso no les resta protagonismo como grupo artístico. Este álbum, en la línea de lo anterior, proporciona y transmite un sentimiento de paz y alegría (el primero imposible de sentir al escuchar una canción de rock duro). La tranquilidad que muestran las originales composiciones se debe a que en todas las canciones la estructura es similar, dejando paso a estrofas líricas donde la música es tenue, pero con sentimiento, lo que realza la producción vocal de Carlos Escobedo. Junto a su hermano Jorge, y el segundo guitarrista Bernardini conforman un trío de cuerda inimitable. La punta más artística la pone Manu Reyes, hijo del legendario batería de Medina Azahara del mismo nombre, que recién llegado proporciona un toque de aire fresco a un grupo que no conseguía encontrar un verdadero batería de Metal Alternativo.

En cuanto a las composiciones la abertura del álbum es genial, con un coro operístico que da entrada a “Superbia”, un tema potente y directo con un mensaje en contra de la avaricia y la soberbia humana. Luego el tema más macarra es el llamado “666”, un tributo a este símbolo matemático tan representado en el Heavy Metal. La siguiente canción viene siendo el primer single del álbum, “Tic Tac”, un tema que transmite una fuerza sobrehumana con crítica al machismo y a la Iglesia incluída. La balada “Naufrago”, mitificada ya por los fans, es un ejemplo de ese popular conjunto de canciones “pop” de Sôber. Por último, destaca también una “rocker” como es el fuerte tema “Guarida”, similar a un estilo alternativo próximo al Groove.

Un álbum muy completo y fácil de oír, simplemente el mejor de la regular carrera de Sôber, digno de recordar por temas como “Tic Tac” y “Superbia”, que en directo muestran aún mayor complicidad con el oído.
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