cazaerrores

viernes, abril 27

Y así ha de empezar el próximo microrelato. 28 de abril

Se entrenaban para estar muertos

Relato ganador, Cadena Ser. En un pueblo llamado Visavis

Silencio casi total

En un pueblo que se llamaba Visavis hablaban en voz muy baja, como si las palabras fueran piedras y costara mucho pronunciarlas. Estaba prohibido usar el claxon, el timbre de la bicicleta o un simple silbato. Las campanas de la iglesia carecían de badajo y en fiestas jamás hubo tracas ni petardos. No había llamadores en las puertas y el cine siguió siendo mudo. El único gallo era el de la veleta y los perros y los gatos ni ladraban ni maullaban. Desde el escape de la central nuclear, hasta los pájaros y el caño de la fuente se entrenaban para estar muertos.

Relato finalista. En un pueblo llamado Visavis

Navegación inteligente

En un pueblo que se llamaba Visavis, un hombre conducía de vuelta a casa. Entonces el GPS del automóvil dijo. "Dentro de cincuenta metros entrará en la rotonda del paseo de Francia. Allí un coche le embestirá y usted morirá en el acto". El conductor apartó la vista de la carretera y miró sorprendido el aparato. Al devolver la mirada al frente, apenas alcanzó a ver el coche que se abalanzaba sobre su vehículo. Aun así, tuvo tiempo para escuchar la monótona voz que le decía: "Por favor, cierre sus ojos".

En un pueblo que se llama vis a vis.Xiana Vázquez. 4º

EL PUEBLO DE VISAVIS

En un pueblo que se llamaba Visavis, donde la  buena gente se manchaba de marrón y vivía con una pulsera de hierro; donde había brillantes moscas con caras de monarcas y alas de seda volando de un lado a otro sin parar; donde las letras se reservaban para los que llevaban guante de oro; donde los que se bañan en un mar de perlas brillantes eligen donde establecer sus palacios de cristal; y donde las personas que se sumergen en hollín y son desconocidos del verde, deben mirar al cielo y llamar a alguien que ya los ha olvidado.

martes, abril 17

Así empezará el próximo microcuento.17 abril

En un pueblo que se llamaba Visavis.

Con nuestro mecánico. Relato ganador. Cadena SER

Vis a vis

Con nuestro mecánico de confianza, cuando tocaba la revisión del coche; con el carnicero del barrio, casi todas las semanas; con nuestro profesor particular, la víspera de los exámenes; con el casero, todos los finales de mes; pero cuando más guapa se ponía, era para visitar a papá en un pueblo que se llamaba Visavis.

Con nuestro mecánico. Relato finalista. Cadena SER

Juguetonas

Con nuestro mecánico de confianza teníamos garantizada la diversión. Mi hermana y yo nos turnábamos para achucharle mientras conducía. No podía reaccionar si no se paraba, cosa que le teníamos absolutamente prohibido. Unas veces lo hacía Laura y otras yo. Nos poníamos en el asiento del copiloto y comenzábamos a manosearle. Hasta que no gritaba no cortábamos. Nos amenazaba con parar y nosotras con el despido. Además, nuestro padre lo denunciaría por acoso a menores. Cárcel segura. Seis o siete años, nos había dicho un amigo abogado. Por fin han sido nueve.

Con nuestro mecánico. Relato finalista. Cadena SER

Delicatessen

Con nuestro mecánico de confianza hicimos un estofado; total ya nadie tiene ni una gota de combustible. No salió mal, aunque tenía un regusto aceitoso.
Con el panadero, que más que de confianza era bastante confiado, hicimos una empanada; que para mi gusto estaba pasada de harina.
Ahora, llevamos semanas escribiéndonos cartas a nosotros mismos sin remite, pero el cartero no aparece. Me pregunto si sabría al adhesivo amargo ese que viene para lamer en los sobres. De ser así, habría que ponerlo en remojo como si fuera una berenjena. Pero me da que el muy tunante sabe que no somos de fiar.

La llave inglesa. Xiana Vázquez. 4º

LA LLAVE INGLESA.
Con nuestro mecánico de confianza nunca teníamos que temer nada. Venía, lo arreglaba todo y se marchaba, así de simple. Mamá siempre dice que es una persona magnífica, que lo trate con respeto, y todo eso. Siempre lo hago, pero el otro día vino a arreglar el aire acondicionado e hizo gritar a mamá. ¡Será malvado! No estaban conmigo, pero escuché esos gritos durante un rato. Pero no hay nada que temer, no volverá a pasarle nada a mamá.Por fin he sabido para qué sirve la llave inglesa.

Con nuestro. Antía Morán Sieira. 4ª

Con nuestro mecánico de confianza. Esa fue la contestación que me dió mi mujer. Yo solo quería saber con quien se había ido, por qué hombre me abandonaba, ya no necesitaba mis cuidados, yo ya no era el hombre de su vida, ya no compartiría sus pesadillas conmigo, no me volvería a llamar en media noche, ya no la protegía. Pero tenía que dejarla ir, no era de mi propiedad, mi niña había crecido.