cazaerrores

miércoles, noviembre 16

Muerto pero mío

Muerto, pero mío. Ahora que le regalo la libertad, será mío para siempre. Mío, sólo mío. Llorando él estaba mientras alzaba mi espina, para al fin comer de su lecho. Su sangre surcaba los cielos hacia un lugar mejor, su carne se desplomaba contra la encimera dispuesta a llenar mi incomprendido corazón. Él será sólo para mí, no necesito a nadie más que a mi fiel tenedor.


De Mauro Gómez Lamela

No hay comentarios: