«Joderme —repite Micky saboreando la palabra».
—¿Estás estudiando, hijo?
—Sí, mamá.
«Micky saca la pistola del estuche»
—Más te valdría estudiar: si suspendes, no cogerás la moto.
—Estoy estudiando, mamá.
«y el olor a aceite y pólvora lo llena todo,»
—No mientas. Estás escribiendo otra de tus noveluchas.
—Olvídate de mí, mamá.
«Micky sopesa el arma en la mano,»
—¡No me hables así! ¿Tú quién te has creído que eres?
—Que me dejes...
«se la apoya en la sien»
—Ya podías tomar ejemplo de tu hermano, que nunca nos ha dado un disgusto.
«y dispara».
—Pues si queríais otro hijo perfecto, haberme adoptado también a mí.
Fernando Vicente Galve
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