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miércoles, octubre 19

Música. Judas Priest

Un álbum para la historia

*Painkiller (1990) Judas Priest. 

Principios de los 90. El mundo del rock se refugia en viejas glorias de tiempos pasados. Metallica llega a la MTV y a los primeros puestos de listas de ventas en el mundo decepcionando al mundo al cambiar el acero por la cámara, y guns n' roses triunfa en su Use your illusion con su fórmula '' baladas sensacionalistas y un par de rockers''. Solo un destello de luz en Seattle mantiene vivo al rock n' roll. Capitaneados por Kurt Cobain, los Nirvana & company (soundgarden, pearl jam y alice in chains) se apoderan del corazón de jóvenes rockeros recuperando la esencia punky y mostrando
el lado más alternativo de las guitarras. Sin embargo, y a pesar de la caída del Glam Metal en los EE.UU, el mundo del Metal progresa adecuadamente gracias a varias corrientes. Alemania: una oleada de grandes grupos siguen la estela de Helloween creando el Power Metal. Países Nórdicos: las voces guturales se apoderan de Finlandia y Suecia, con lo que aparecen los primeros destellos de Death Metal Melódico que hoy suenan en muchos oídos a ritmo de In Flames y Children of Bodom. EE.UU: Pantera se une a grandes del trash como Megadeth y Slayer para llenar estadios, discriminando el comercialismo de Metallica y Anthrax. En Inglaterra, maiden se refugia en álbumes con aire conceptual y de horrorosa calidad... y un grande de los 70 y 80 alcanaza otro mundo.

Judas Priest, el grupo que definió lo que se llama hoy heavy metal, con obras maestras y canciones para la historia. Su evolución es impresionante. Comenzaron con un rock progresivo, seguidos ya en el 76 de un proyecto de Heavy Metal olvidando definitivamente al Blues. En el 1980 mundialmente conocidos por éxitos como Breaking the Law. En el 86 se atreven añadiendo sintetizadores y baladas simples a un nuevo disco, y luego de su reconciliación (intento) con su público, reclutan a un joven baterista que encabezaría las hazañas del grupo, mostrando un potentísimo solo de batería en los primeros 30 segundos de la canción que da nombre al disco, Painkiller. Definen el Metal como lo que es: caña, caña, caña! Un disco redondo en todos los sentidos, ensombrecido en pequeña parte por la poca participación del omnipresente bajista Ian Hill, y en donde Rob Halford, a sus 40 años, alcanza su cumbre como vocalista, realizando registros inalcanzables para ningún otro cantante en el mundo. El dato más destacable es el sonido, una distorsión arrolladora, efectos vocales varios, una batería con mayor presencia a anteriores trabajos, etc. Todo envuelto sobre una sensación de poder conseguida por el buen trabajo en el mezclado del álbum. La potencia de los riffs compuestos por Glenn Tipton, y las batallas de solos en los que el y KK incorporan las más novedosas técnicas del metal contemporáneo, se convierten en el ejemplo a seguir para las generaciones que crecieron oyéndolo. Solamente, por poner una pega, se echa en falta una canción más, una balada cañera, baja cubrida en parte por la bonus track living bad dreams. Para un servidor (y espero que para muchos más) es la cumbre del mundo del Heavy Metal, el mejor disco de dicho género, que define el estilo de Judas Priest, que conservan sus señas de identidad desde ese primer Heavy Sad Wings of Destiny, pero que a lo largo de su historia evolucionan, siempre bien encaminados, consiguiendo trabajos estratosféricos, emocionantes e insuperables.

 vídeo para escucharlosDe Mauro Gómez Lamela 4ºB

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