cazaerrores

jueves, marzo 22

SOS Microcuentos.

Necesito a vosa colaboración. Por cuestións de tempo temos que ir votando a través do noso Blog. Introducide o voto é o por que no apartado de " comentarios". Votade todo menos o último porque aínda non están todos introducidos.

Así empezará el próximo microcuento.22/30marzo

Con nuestro mecánico de confianza.

Relato ganador Cadena Ser. Aquella tarde, papá

Verano

Aquella tarde, papá, regresó a la tumba entristecido. El columpio todavía se movía, arrastrado por una fuerza invisible, cuando llegamos a casa. Una leve sombra cruzó la frente de mamá, mientras abría la puerta. El árbol de Navidad brillaba en la oscuridad. En la chimenea dos leños se abrazaban consumidos por el fuego. Hacía un calor insoportable y otra vez las fotos descoloridas estaban esparcidas por el sofá. Mamá las recogió cuidadosamente y ya iba a guardarlas en su caja cuando cayó una. La de siempre. Esa en la que papá no dejaba de sonreír.

Relato finalista Cadena Ser. Aquella tarde, papá.

Solos

Aquella tarde, papá, regresó a la tumba entristecido. —Es terrible —dijo— ahora los queman; a este paso ni siquiera vamos a poder jugar a la taba.

Relato ganador Cadena Ser. Aquella tarde, papá

El accidente

Aquella tarde, papá regresó a la tumba entristecido. Laurita y yo tratamos de convencerle de que era normal. Que después de aquel desgraciado accidente mamá debía rehacer su vida. Gracias a Dios ella no venía en el coche. Papá se sentó en una esquina cabizbajo, sin explicarnos que no le dolía que ella rehiciera su vida, sino que lo estuviera haciendo con nuestro mecánico de confianza.

Aquella tarde, papá, Andrea lestón. 4ºB

Juntos para siempre
Aquella tarde, papá, regresó a la tumba entristecido. Como el 24 de cada mes dando traspiés, intentando agarrar con firmeza en la mano un ramo de margaritas que siempre deja al pié de la lápida de mamá. Lo que él no sospechaba es que las decenas de copas de whisky que ingiriera aquella tarde, le impedirían ver la piedra que le hizo caer.
Ahora papá yace a su lado.

Aquella tarde, papá. Aida Mayo Blanco. 4ºB

Aquella tarde, papá, regresó a la tumba entristecido. Había ido a visitar a su esposa y al sobrevolar nuestro jardín oyó unos sollozos que venían de su antigua habitación. ¿ Tristeza? Mi padre avanzó hacia la puerta y al atravesarla se tapó los oídos pero no logró silenciar los gemidos de mi madre y tío Iganacio. Se acercó, se concentró y les atizó con el jarrón de la mesita. Hoy al regresar a la tumba, papá se quitó la capa y nos informó de que mañana tendríamos visita.

Aquella tarde, papá. Clara Lago. 4º

Aquella tarde, papá, regresó a la tumba entristecido. Los gusanos que tanta compañía le habían hecho durante estos últimos años lo habían utilizado y ahora lo abandonaban.
-Me quieren solo por mi cuerpo, nunca les he importado!
Pero ellos, ajenos a los sentimientos del cadáver acabaron de comerse los dedos de sus pies, y se fueron acercando a esta zona del cementerio. Aquí estaban los manjares. ¡ Qué le iba a hacer! ¡ Carne fresca y tierna!
¡Pobre mamá! ¡Lo estará pasando muy mal! Pero estos gusanos están encantados.Y...¡ me dicen que me parezco a mi padre! Pero... mucho más jugoso.

Aquella tarde, papá. María Núñez. 4º

Aquella tarde papá llegó entristecido a la tumba, así le quiso llamar a la hamaca donde se relajaba, y leía los grandes mitos de la literatura. Lo hacía siempre con mamá, mientras ella revisaba sus diseños de alta costura que le hicieron llegar a la fama. Papá decía que se sentía muy orgulloso de ella.
Ese día mamá no estaba a su lado, y en las manos de papá no había ningún libro…¿Qué pasaba?
Un mes más tarde mamá no aparecía y papá no estaba en casa. En su lugar, una breve carta: " Lo hice, por envidia, por pasión, pero fue todo a traición, esos méritos son míos y no de ella"

Aquella tarde, papá. Joseba Lago Caamaño. 4º

Aquella tarde, papá, regresó a la tumba entristecido. Ya que le venían a la cabeza viejos recuerdos de cuando sus padres los acompañaban a la puerta del colegio con tono alegre y meloso, también de cuando jugaban juntos en el parque, o de cuando quedaban a dormir uno en casa del otro. Todo eso terminó cuando Miguel le confesó a sus padres que era homosexual. Sólo tenía 11 años.

domingo, marzo 18

Y además nos hace daño. Leticia Caamaño. 3º

-Y además nos hace daño, nos humilla con sus punzantes palabras, nos hunde. –declaró Dafne.
-Tampoco hace falta exagerar las cosas, después de todo, es el de sociales.- dijo el joven chico.
La mirada de Dafne hizo callar a Álex, que giró la cabeza con gesto burlón. El director la miraba buscando argumentos concisos, sin encontrar respuesta en las palabras de la chica. Nadie entendía el porqué de sus quejas. Al salir de la sala, allí estaba, esperando el momento oportuno para atraparla.
-¡Te lo dije!- gritó Dafne.
No hubo repuesta, el chico salió corriendo mientras el desgraciado la agarraba y repetía una y otra vez la misma frase: “Llegó la hora de tus clases particulares”.

jueves, marzo 15

Así empezará el próximo microcuento.15/22 marzo

Aquella tarde, papá, regresó a la tumba entristecido.

Y además nos hace daño. Relato finalista. Cadena Ser

Una buena interpretación

—Y además nos hace daño a los dos.
—No sé cómo hemos podido llegar hasta aquí.
—Lo dejamos y punto.
Pablo dejó el desayuno en el suelo del pasillo, acercó la oreja a la puerta, contuvo la respiración y nada. Pero, cuando volvía a su rutina, escuchó:
—Vale, me iré, pero me llevaré a los niños.
—¡No! No quiero que crezcan contigo.
Abrió la puerta enérgicamente:
—Pero... ¿Qué hacéis? Todavía no os habéis vestido. Es tardísimo.
Disimuló la risa y la tristeza, mientras pensaba en lo bien que imitaba Claudia a papá y la pequeña a mamá.

Y además nos hace daño. Relato finalista. Cadena Ser

Vergüenza

Y además nos hace daño —afirma Carmina mientras devuelve al cajón, un ya descolorido corazón de cartulina. Su marido no piensa igual. Cree que todo el sacrificio que ambos hicieron para que Ángela estudiara en aquella prestigiosa universidad, mereció la pena. Él se siente muy orgulloso, ellos apenas saben leer y escribir, en cambio su hija es una importante ejecutiva. Viven juntos en una hermosa casa y todos los años, por su aniversario, les regala un viaje. Por eso a él no le incomoda ponerse el uniforme y recibir a los invitados de su hija.

Y además nos hace daño. Relato ganador. Cadena Ser

Y además nos hace daño con sus forzudas manos cuando nos alza para girarnos en el aire, pero aún así nos hace reír. La otra tarde, cuando vino a buscarnos al colegio, nuestra hermana rehusó ir con él. No le gustaba que nos tomaran por locos. Al principio fue divertido cuando creían que teníamos poderes, pero recelaron porque no hacíamos milagros. Ella intentó decirles que jugábamos con el hombre invisible, pero siguieron riéndose de nosotros. Aquella tarde, papá, regresó a la tumba entristecido.

domingo, marzo 11

Igual que lo hacen las ballenas. Tania Sande .3º

Igual que lo hacen las ballenas, bajó a las profundidades para intentar descubrir dónde estaba el nido de esos malévolos y carnívoros peces. Al hallarlos el buzo se apresuró a llevar un especimen al científico. Éste incrédulo dudó de la veracidad del hallazgo afirmando que ese pez se habían extinguido hacía ya millones de años. Cuando decidieron avisar a las autoridades ya era demasiado tarde. En el lago, los universitarios seguían con su fiesta, sin saber que a los pocos minutos las pirañas los devorarían.

Igual que lo hacen las ballenas. Mauro Gómez. 4º

Igual que lo hacen las ballenas, Rosaura cantó pidiendo auxilio. Desesperada y sola en aquella frondosa y habitada selva, su corazón palpitaba como campanas de boda. Aquellos grandes animales la acechaban continuamente mientras transportaban grandes objetos metálicos. Sus verdes ojos saneaban constantemente un residuo líquido, tanto que aquellas cataratas le nublaban la vista. De repente, una voz celestial hizo callar a aquellas merodeadoras criaturas:” Se ha perdido una niña...”

Rosaura nunca volvió al Carrefour.

Igual que lo hacen las ballenas. Pablo Rama. 4º

Igual que lo hacen las ballenas salí en busca de ese aire, ese aire que me permitía vivir, y que no encontraría en casa de esa bruja. ¡Ay! Esta sociedad me recuerda segundo a segundo que soy y seré, toda mi vida, menos que esa víbora. ¿Por qué?¿qué tiene ella que no tenga yo?¿preparación académica? En absoluto tenemos la misma. Todo lo que ella posee lo heredó de su padre. ¿ Belleza? ¡Já!,¡ a base de liftings cualquiera es bello! Me da exactamente igual morirme de hambre bajo un puente. No pienso seguir trabajando para esa malnacida.

Igual que lo hacen las ballenas. María Núñez. 4º

Igual que lo hacen las ballenas revolotearás por el inmenso mar, te dejarás llevar por las olas y en pocos segundos desaparecerás. Fuiste carne, fuiste polvo y ahora no eres nada, pero estás en tu hogar, el mar. Yo te conocía y sabía que es ahí donde quieres estar y no aburrido en la estantería del salón.
Ahora,son las once de la noche, mamá te irá a desear buenas nochas, aún que solo seas un un bote de cerámica.

Igual que lo hacen las ballenas. Xiana Vázquez. 4º

Igual que lo hacen las ballenas subió y bajó reiteradas veces. Asomaba la cabeza y cogía aire igual que hacen esos mamíferos marinos. Luego iniciaba de nuevo esa danza frenética que no me dejaba descansar. Una y otra vez ese sencillo bailoteo provocaba en mi un placer tan inmenso que no podía silenciar los gemiditos que interrumpían mis suspiros. Las gotitas de sudor recorrían cada centímetro de mi piel sin dejar indiferente ninguna zona de mi cuerpo. Lo mismo ocurría con él. Cuando hacía fuerza, se agotaba o reía de felicidad; yo lo percibía y le seguía ese juego que tanto nos gustaba. La verdad es que me encanta repetirlo cada semana, es mi hora preferida. Cuando abandono esa habitación oscura no dejo de mirar mi perfecta pedicura.

Igual que lo hacen las ballenas. Clara Lago. 4º

Igual que lo hacen las ballenas musitó un sonido incomprensible. "Esto es genial" quiso decir, aunque nadie le entendió. Sus orejas botaban al ritmo de sus cuatro patas. Con cada centímetro que se estiraba la correa,un subidón de adrenalina.
De repente se escuchó un ¡clack! El corazón se le puso a cien por hora; eso solo podía significar una cosa...¡ Marta lo había soltado! Por sus venas corría libertad en estado puro y, aunque sabía que la decepcionaría, en ese momento sintió que su única misión en la vida era perseguir aquel enorme siamés.

Así empezará el próximo microcuento. 8/15 marzo

Y además nos hace daño.

Igual que lo hace las ballenas. Relato finalista. Cadena Ser

Pesca de bajura

Igual que lo hacen las ballenas, pensé, viendo su enorme masa corporal elevarse sobre la espuma de las olas para zambullirse de nuevo en las profundidades oceánicas. Luego, volvió a emerger, majestuosa, con sus fauces abiertas y repletas de peces de escamas plateadas. Fue entonces cuando el barco apareció por su flanco derecho a toda máquina llevando en la proa al arponero presto para el disparo. Ella, apercibida, nadó con toda la velocidad de que era capaz, salió a la arena tostada por el sol y se tumbó en la enorme toalla.

Igual que lo hacen las ballenas. Relato finalista. Cadena Ser

Movimientos migratorios

Igual que lo hacen las ballenas, este verano fuimos al Polo Norte, huyendo del calor. Pero tuvimos mala suerte. Mis padres se pelearon como nunca (rompieron a gritos un iceberg). Mi abuelo, hombre práctico, aprovechó para morirse. Tras lentas lágrimas de hielo, mi abuela también. Yo me enamoré de una esquimal, que me congeló el alma. El último día, dos alces nos atacaron bajo la nieve. A mi hermana, que les tiró una bota, se le puso azul el pie y tuvieron que cortárselo con un serrucho. Ahora huimos del frío, en dirección al sur, igual que las golondrinas.

Igual que lo hace las ballenas. Realto ganador. Cadena Ser

El puzzle

"Igual que lo hacen las ballenas, exacto, tienen pulmones como vosotros, y ahora a la cama", dice papá cerrando el libro. Todas las noches mamá nos reúne en el salón y hace que nos demos un fuerte abrazo, colocando a cada uno de nosotros en el mismo sitio. Dice que nuestra familia es como un gran puzzle de cuatro piezas en el que cada uno ocupa un lugar muy importante. Hoy es papá, por cuarta noche consecutiva, el que trata de organizar el mismo abrazo pero no quiere darse cuenta de que con tres piezas es imposible y además nos hace daño.

viernes, marzo 2

Crítica musical. Mauro Gómez Lamela

St. Anger (2003)- Metallica

Llevo varios años teniendo como referente en mi vida a la música. Tengo unos gustos variados y peculiares, y me siento orgulloso de ello. Muchas veces me apetece escuchar una banda concreta, busco las críticas en internet y elijo un disco del grupo que parezca que merece la pena para escuchar por la tarde, por la noche, etc. A veces no me complico la vida, y si tengo la discografía completa, ataco a los recopilatorios. He escuchado discos enteros desde Pink Floyd hasta Amon Amarth, desde Iron Butterfly hasta Death, pasando por los extravagantes The Cure y las grandísimas instrumentistas de Girlschool. Nunca, a no ser por una falta de tiempo o una urgencia, dejé mis deberes a medias, salvo una vez.
Como fan del thrash metal que soy, considero a Metallica como unos dioses. Poseen en su repertorio cuatro de los mejores álbumes de la historia de la música mundial, y los adoro como el que más. A partir de los 90 la cosa cambió, cierto que sus nuevos discos tampoco eran malos ( Black album es redondo, y los Load y Reload tienen temas que me encantan).
Pero el siguiente álbum no soy capaz ni de tragarlo. Tres veces van con la de hoy, jueves, las que intenté escucharlo entero, me he quedado en la cuarta canción de esta vez. St. Anger, es, ¿cómo decirlo suavemente? ¿Vomitivo? A pesar de esto arrasó en ventas (#1 en más de 10 países), e incluso hay muchas críticas positivas. Conozco gente que se atreve a decir que es el mejor de Metallica, puesto que no escucharon los de la etapa dorada y son gente amante del rap y el pop-punk (todo comercial, por supuesto), personas que solo escuchan el metal más insoportable de hoy (Slipknot, Avenged Sevenfold, System of a Down,etc.).

El disco es extraño, y yo soy abierto a nuevos sonidos y todo eso. Pero no me abro a una batería cuya caja suena a lata de atún, una voz que suena a un gato con gastrointeritis (Hetfield acababa de salir de rehabilitación, reconocieron que las voces se grabaron a saco) y con guitarras grabadas en los retretes públicos de cualquier gran ciudad; además de la desapercibida actuación de sesión del productor con el bajo. Las composiciones son malas, pero muy malas. Canciones sin fundamento, como la canción homónima que la verdad, para mi es más ruído que música. ! Ah¡ y las letras... ya me he ahorrado la molestia de mirar las traducciones, los estribillos lo dicen todo.

Dice el “magnífico” productor del álbum, Bob Rock, que lo que se pretendía era “reflejar los sentimientos de los músicos en ese momento, mostrando un álbum que recuerda a cuatro chicos que hacen rock en un garaje”. ¿Lo consiguen? Si en ese momento tenían una tremenda tuberculosis los cuatro... ¡Sí!

¡ Bravo ¡ Metallica, después de esto, aún se atreven a publicar un disco con Lou Reed , el estratosférico “Lulu” de 2011, estratosférico porque las copias realizadas que no se venden acabarán como basura espacial o algo por el estilo. En una escala del 0 al 10, claramente un se llevan un 1, un 1 por hacer reír a este músico principiante.

jueves, marzo 1

Inicio para el microcuento de la semana 1 / 8 de marzo

Igual que lo hacen las ballenas.

Veo junto a su reloj. Xiana Vázquez.. 4º

EN EL CHINO DE MI PUEBLO

Veo junto a su reloj unos números grabados en su piel, son aquellos que yo misma tatué con un rotulador barato de un chino de mi pueblo. Tenía gatitos dibujados y me costo 2€, no escribía muy bien, fallaba cada pocos segundos y el muelle se le había roto mientras lo llevaba en el bolso. Sí, un rotulador barato. Pero con el pudo recordar mi teléfono, llamarme desesperado pidiendo otro encuentro, enamorarme con sus chistes poco graciosos y en este momento casarse conmigo. ¡ Cómo los recuerdo¡ Incluso creo que el 4 parecía un 9, pero logró localizarme, y ahora no dejo de comprarme esos estúpidos bolis de gatitos.

Veo junto a su reloj. Tania Sande.3º

Veo junto a su reloj unos números grabados en su piel. Ella era muy despistadilla, pero esa hora la quería recordar fuese como fuese. Después de tantos esfuerzos y tantos fallos en las citas, al fin habían quedados para estar solos. A las ocho, en la plaza.Te quiero. Eso estaba escrito en la pequeña y arrugada notita.

Relato finalista Cadena Ser. Veo junto a su reloj

Ramón

Veo junto a su reloj unos números grabados en su piel. Me doy cuenta de que es un teléfono y le miro a la cara. Lo reconozco, es el hombre de la foto, el del Alzheimer ese, el que lleva desaparecido varios días. Le convenzo para que me acompaña a mi casa. Está hambriento y se come las sobras del arroz de esta mañana. Aunque no se parece en nada a mi Ramón, que en paz descanse, me gusta ver de nuevo a un hombre sentado a la mesa. Decido quedármelo y llamarlo también Ramón. Total, para el caso que me hacía el otro... A ver cuánto me dura éste.

Relato finalista Cadena Ser. Veo junto a su reloj

Sanguinem atramentum

Veo junto a su reloj unos números grabados en su piel. Aparecen y desaparecen cada cierto tiempo, coincidiendo con los latidos de su corazón, junto a logaritmos, integrales y funciones cuadráticas. Matemáticos de todo el mundo, liderados por su padre, examinan a diario las ecuaciones que aparecen en su piel y que no consiguen descifrar ni mediante los cálculos más complejos. Durante horas, proponen nuevos axiomas, plantean cientos de teoremas y discuten sobre la notación empleada.
La niña, ajena a los significados de las incógnitas que plantea su cuerpo, se queda callada en un rincón, esperando pacientemente el momento en que alguien consiga resolverla.